El tema de la oración, no quiero seguir sin antes dejar bien claro que no tengo nada en contra de ella sino que estoy totalmente a su favor, es mas, a mi manera yo también rezo, no precisamente con oraciones escritas y memorizadas, pero si entablando un diálogo directo con Dios cosa que llena mi espíritu, me tranquiliza y me hace sentir acompañado en los momentos especialmente difíciles.
Pero no quiero ni debo hablar de mi, de eso, para bien o para mal ya se encargarán los demás, de quien quiero hablar es del que reza y presume constantemente ante los demás de ello, del que lo hace en público para que todo el mundo le vea y le alabe, de los que se pasan el día encerrados en la Iglesia, confesando y comulgando y después critican y celebran el mal ajeno.
¿Podemos fiarnos de ellos?, ¿Podemos bajar la guardia y darles la espalda con tranquilidad?, cada cual es libre de hacer lo que crea conveniente y de guardarse de quien quiera, pero yo creo que si bien no hay que andar desconfiando ni mal pensando por la vida, si hay que tener mucho cuidado, sobre todo de a quien después de una bofetada se le ofrece la otra mejilla porque hay quien ante tu humildad recapacitará y no volverá a pegarte y encima tomará nota de la lección que le has dado, pero habrá quien te abofetee todavía con mas fuerza, te obligue a ponerte a cuatro patas y encima después te apuñale.
Y me duele mucho, volviendo al tema de la oración, y me hace pensar que a lo mejor no sirve para nada, porque el máximo responsable de nuestra archidiócesis en una entrevista que mantuvo con representantes de nuestro pueblo ante nuestras peticiones nos dijo que rezaramos y rezaramos, lo hicimos algunos pero no volvió quien tenia que volver ni se fue quien tenia que marcharse.
martes, 14 de abril de 2009
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