lunes, 27 de abril de 2009

EL NUMERITO DE LA CABRA

Hay que ver la de cosas raras que os hemos ido contando a lo largo de nuestros programas, pero creo que lo que viene a continuación supera en mucho a las anteriores.
Este artículo he querido comentarlo como el “numerito de la cabra”.
Como todos sabeis, el susodicho numerito viene de mucho tiempo atrás, cuando alguna que otra familia se ganaba el pan de cada día circulando de pueblo en pueblo para exhibir a una cabra que al son de trompetas y tambores subía y bajaba una escalera de mano conforme el amo le iba dando golpecitos con una vara en las patas.
Yo lo he visto varias veces, y la verdad es que me ha encantado, el único problema que había con este numerito era que en el pueblo donde empezaban las actuaciones, éstas eran entre las 8 y las 9 de la mañana, y normalmente en días festivos, lo cual te rompía el sueño y tu primera reacción era ciscarse en la cabra, la cabra, la desto de la cabra y la madre que la parió y que yo tenia una cabra que se fugó con un macho cabrío. Pero ya cuando te sacudías las telarañas de los ojos, siempre esbozabas una sonrisa y después bajabas a depositar en el sombrero unas monedas ganadas honradamente por un pequeño circo familiar que se las habían ganado con el sudor de su frente.
Hace tiempo que no he visto este numerito, no se si es porque lo han prohibido, porque ya no es rentable o porque a las cabras de hoy en día ya no les sale de las ubres subir y bajar escaleras. De todas formas lo echo de menos, y de tanto en tanto, cuando escucho esta expresión que ya se ha convertido en dicho popular siento nostalgia y ganas de volver a ver esta manifestación, que a mi manera de ver, no deja de tener un toque artístico.
Pero no es a este numerito al que me quiero referir hoy, ni tampoco se trata de un hecho folclórico, mas bien es una pincelada surrealista de las muchas que ocurren todavía en este mundo, y que si bien algunas no trascienden esta salto a las páginas de la prensa hace algún tiempo y hoy os quiero comentar.
Resulta que en Nigeria, unos vigilantes llamaron a las fuerzas de seguridad diciendo que había ocurrido un intento de robo de un vehículo (concretamente un Mazda 323) y que ante su intervención había huido un malhechor pero que al otro lo tenían retenido.
Al acudir la policía, cual no sería su sorpresa al encontrarse que a quien tenían que detener era a una cabra que los guardas tenían acorralada.
La explicación que los vigilantes dieron fue que el ladrón que apresaron se convirtió en el caprino animal usando la magia negra y así poder escapar del arresto.
Los estupefactos agentes del orden, en principio dudaron y dijeron que el hecho debía demostrarse científicamente, pero por si acaso encalabozaron al pobre animal que a pesar de rezos, exorcismos y conjuros todavía no ha vuelto a recuperar su primitiva condición humana.
(ESTA NOTICIA APARECIO PUBLICADA EN EL PERIODICO IDEAL DE GRANADA EN SU EDICION COSTA HACE APROXIMADAMENTE UNOS 3 ó 4 MESES, Y SI ALGUIEN NO ME CREE, GUARDO EL RECORTE ORIGINAL.)

No hay comentarios: