domingo, 20 de mayo de 2012


CUESTIONES DE CONFIANZA
Como todo el mundo ha visto en los telediarios, oído por la radio y leído en la prensa, amén de los comentarios de calle, hay una fuerte crisis en BANKIA, cuyas consecuencias han sido la fuerte bajada de la entidad en bolsa y por lógica, la sensación de temor  por parte de aquellos que les tienen sus ahorros confiados y ven peligrar su integridad.
Su anterior presidente, Rodrigo Rato, cual capitán de crucero encallado ha abandonado el barco antes que las ratas, cosa por otra parte que no me sorprende en absoluto, pues este señor ya dejo la gerencia del Fondo Monetario Internacional en plena eclosión de la crisis que todavía seguimos arrastrando, además reconociendo que no fue capaz de prever la que se nos venía encima (o sea que otro de los que siempre ocupan cargos de elevadísima responsabilidad y la cosa se les vuelve rana, no sé si por gafe o por no tan competente como nos quieren hacer creer) .
Para tranquilizar a la ciudadanía en general y a los clientes en particular, desde el gobierno se están mandando mensajes de tranquilidad diciendo que no debe haber temor ninguno, que los ahorros están garantizados, incluso el propio ministro de hacienda (como pudo verse por televisión) tranquiliza a pie de calle a los ciudadanos que le preguntan.
Los primeros momentos, cuando salto la noticia, provocaron un espectacular desplome en la bolsa que hacía temer lo peor, luego poco a poco recuperación, lenta y sin llegar en estos momentos a su anterior valor, pero restableciéndose lentamente para respiro de más de uno.
Cierto es que el gobierno va a inyectar dinero en este grupo bancario para reforzar su solvencia (y sobre lo que pienso al respecto no voy a opinar en este articulo porque lo he hecho en anteriores y lo seguiré haciendo en posteriores, pero ahora no es el tema que quiero tratar), y eso ayuda a tranquilizar el horizonte, pero hay otra cosa que aporta más, que son los mensajes de tranquilidad.
Cuando algo va mal, cuando no lo vemos nada claro, cuando tememos que algo vaya a romperse, necesitamos que alguien nos hable, que nos haga ver que hay una puerta de salida, una luz al final del túnel, algo que nos haga seguir estando tranquilos dentro de la incertidumbre, que nos digan que no hay nada que no pueda resolverse, que nada va a hundirse, solo así se mantiene la esperanza que, aparte de ser lo ultimo que se pierde según dicen, es lo único que nos queda a los pobres para seguir tirando para adelante.
Lo que menos se necesitan ahora son agoreros, malos farios, cenizos que nos digan que el mundo se acaba, que esto se hunde y que no hay vuelta atrás, entonces es cuando todo se paraliza, cuando no se avanza y cuando se pierde la ilusión por todo…
El actual gobierno, respecto al tema que nos ocupa, esta dando un mensaje de los primeros, de esperanza, de fe, de tranquilidad a quien teme por su dinero, y eso es positivo, eso hara que la gente no huya en desbandada y la cosa acabe normalizándose de alguna manera o de otra.
Pero este actual gobierno, cuando empezaron los síntomas de la pésima situación que estamos viviendo, actuaron de la segunda manera, generando desconfianza, metiendo miedo, poniendo palos en las ruedas de la carreta que intentaba avanzar por el camino embarrado hacia el futuro. Demostrando una absoluta deslealtad hacia la situación del país, y todo ello con fines clara y descaradamente egoístas, electoralistas, porque veian que se le estaba pasando el arroz a Mariano y se le escapaba la oportunidad de aparecer en los libros de historia como presidente del gobierno de España.
Con esos intereses particulares, si bien es verdad que consiguieron desgastar al anterior gobierno (como si no le desgataran ya por si solas las circunstancias) también colaboraron a que la situación crítica fuera a mas, porque pusieron nubarrones en donde aparecia algún pequeño rayo de sol, tapiaron toda rendija por donde quería entrar un soplo de aire fresco, y apagaron toda luz que dejaba entrever algo de claridad.
Es decir, sacaron rentabilidad de esta crisis a su manera, supieron aprovechar una situación que ellos mismos provocaron (porque a ver, ¿a quién votan los especuladores, a la derecha o a la izquierda?) no les dio la gana de aportar nada cuando decían que tenían la solución y ahora le echan la culpa a la tan traída y llevada “herencia” que no es otra que la suya propia.
Solamente por no haber tenido en su momento una actitud ante la crisis como lo están haciendo con BANKIA, les desautoriza a criticar difíciles y comprometidas gestiones de gobiernos anteriores y les convierte en cómplices de primerísimo grado de la desastrosa situación económica que estamos atravesando.   

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