domingo, 13 de mayo de 2012


CRUCEROS
La noticia es noticia hasta que deja de serlo, afirma una de las reglas del periodismo, por eso me he saltado muchas de ellas que han sucedido desde que dejamos de salir en antena el verano pasado, me llamaron la atencion y me tento escribir sobre ellas, pero ya que no lo hice en su momento no vale la pena hacerlo ahora.
Podia haber colado alguna con la excusa de la semana posterior a la entrega de los oscar relacionando hechos con películas del cine clásico, pero tampoco me ha parecido oportuno, por ejemplo las peripecias de los ruiz Mateos con la saga de “El Padrino” , el tema de Garzon con “Matar a un ruiseñor”, lo del Costa Concordia con  “Titanic”, etc…
Pero no no se trataba de eso, o casi de todo eso, porque es que como decía aquel “si es que van provocando” y me va a tocar hablar del tema de los cruceros, casi sin comerlo ni beberlo pero tengo que hacerlo, y además como veréis me lo pide el cuerpo.
Porque a mes y medio del naufragio, nos viene la noticia de que otro buque de la misma compañía, este llamado “Costa Allegra” va y sufre un incendio en la sala de maquinas en medio del Indico que lo deja sin fuerza de propulsión y sin ningún tipo de energía, hasta el punto de quedar a la deriva, los pasajeros al pairo, sin distracciones y comiendo pan y agua según leo en la edición de Ideal Digital de ayer martes.
Encima eso, en pleno Indico, el mar de los piratas modernos, de los de cayuco o zodiac por cabalgadura y lanzagranadas por espada, para morirse de miedo vamos, aunque si lo meditamos bien, poco hay que temer a los bucaneros, pues creo que ni el mas valeroso e intrépido tuviera agallas para montarse en un barco de una compañía a la que se le hunden a pares…, es como el chiste de la operación: “no es necesario amputar, se cae solo”.
Parece ser que en este caso no hay problemas y el susodicho vapor esta siendo remolcado sin problemas a las Islas Seichelles donde llegara sin novedad las próximas horas.
El único transtorno es para el pesquero francés que lo remolca, ya que esta gente vinieron desde su tierra a esas latitudes para pescar no para hacer de grua, pero bueno, con voluntad todo se arreglara supongo…
Y vuelvo al principio, al Costa Concordia, del que he dicho que no me queda mas remedio que hablar de el porque ayer por la mañana al comprar la prensa veo en la contraportada de Ideal , edición Costa de Granada un articulo que titulado “La noche de amor se fue a pique” nos  cuenta que de no ser por el encallamiento del buque la chica moldava que acompañaba al capitán estaba a punto de caramelo para caer rendida entre sus brazos en su camarote, ella dice que si, el dice ahora que no, pero bueno alla ellos…
Y dejando bien claro de antemano mi mas profundo respeto hacia los fallecidos y desaparecidos y hacia sus familiares, debo decir que la historia de este capitán llego a fascinarme..
Porque un servidor, devorador insaciable de libros de aventuras veía la figura de los capitanes de barco como personajes intrépidos, valerosos aventureros, con vistosos uniformes y dorados galones…
Pero como siempre la ficción es una y la realidad es otra os contare las impresiones del primer capitán de barco que conoci en persona…
Seria sobre el año 1992 en Almeria, un amigo mio tenia una empresa dedicada al suministro de vituallas a barcos y una mañana en que coincidimos me dijo que iba a desayunar con el capitán de un barco noruego cliente suyo que acababa de atracar en el puerto y me invito a acompañarles.
Accedi de inmediato por pura curiosidad y cual fue mi sorpresa cuando me encontré frente a un hombrecillo menudo, sin uniforme, gorra ni medallas, gris como la trenka que llevaba (eso si ostentaba la barba reglamentaria), nos sentamos y ante mi sorpresa no pidió la pinta reglamentaria de ron, ni siquiera vodka o un triste carajillo, tomo un simple descafeinado con sacarina y nada mas.
Una vez terminada la frugal colacion, espere que sacara la pipa de turno y al ver que tardaba le ofreci mi paquete de ducados nada de nada ¡ni siquiera fumaba!, eso rompió todos mis esquemas y pase a ver esa profesión como algo triste y aburrida hasta…
…hasta que cayo en mis manos otro libro, como no de mi admirado Perez Reverte, titulado la carta esférica, donde hablaba de Coy, un oficial de marina suspendido y en espera de la licencia oficial de capitán. El tal Coy era encallador profesional de barcos , adicto a la ginebra azul de Bombay, mujeriego y cazatesoros furtivo, este si, este me devolvió otra vez la simpatía ante esa profesión, pero claro, era pura ficción, como los primeros…
Y de pronto aparece Schettino, real, de carne y hueso, con uniforme, galones, bien plantado, al mando de un buque con capacidad para 5.000 personas, que se sienta a cenar con una rubiaca, se la lleva al puente de mando fondea una pequeña isla para hacer sonar la sirena antes de llevársela al catre, y vive dios que lo hubiera conseguido si el puñetero buque no hubiera encallado…
Esos, esos son los personajes de la película, los galanes, los que se llevan a la pricesa del baile, los amos….
Ahora si ahora cuando sea mas mayor ya si quiero ser capitán de barco…

No hay comentarios: