CARNAVAL
Bueno, ya llevamos una semana con
la sardina enterrada, lo cual quiere decir que se han terminado las fechas de
los carnavales y nos metemos de lleno en la cuaresma.
Contraste de golpe, días
festivos, alegres, incluso reivindicativos en algunos casos que terminan de
golpe y porrazo para sin darnos cuenta, meternos en otros sobrios, sombrios,
reflexivos que van a desembocar en la semana santa, semana de duelo y pasión
para unos cuantos y vacacional y de ocio para todos…
Pero no creais, no termina con el
susodicho entierro el tiempo de mascaras y disfraces, si bien no son tan
públicos ni tan evidentes, el camuflaje continua todo el año
El lobo sigue vestido con su piel
de cordero, la bruja sigue montando su escoba, la madrastra sigue odiando a
blancanieves porque es infinitamente mas bella y a pinocho quieren seguir
explotándolo en el circo…
Solo que de una manera no tan
ostentosa ni tan descarada, el malvado, el ogro, la arpía dejan sus vestidos de
calle para tocarse con oscuras túnicas de penitencia con sombrias capuchas para
no ser reconocidos y siguen con sus bajos instintos, bajo burdas mascaras que
ocultan esa cara que es el espejo del alma, y sus ojos tras velados antifaces
que ocultan sus voraces miradas.
Cambian las calles por sus
habituales oscuros aposentos donde a salvo de la luz maquinan sus perversas
intenciones…
Muestran sobriedad para ocultar
su gula, caridad para esconder su avaricia, indulgencia para camuflar su ira y
buenos propósitos para disimular sus iras…
Tampoco los tres cerditos dejan
de ver derribadas sus casas, caperucita deja de ser perseguida por el lobo ni
cenicienta deja de barrer y fregar los suelos
Todo sigue igual, o peor si cabe,
porque arlequín tiene que seguir pagando los plazos de su disfraz, cenicienta
el alquiler de la carroza y las cuotas de sus zapatos de cristal y los enanitos
sin saber si mañana por la mañana cuando vayan a la mina la encontraran
abierta.
El piloto sin avión, el profesor
sin clase y la enfermera sin centro de salud, el bombero con su salario recortado,
el payaso sin niños en el circo y bob esponja sin agua caliente con la que
impregnarse…
Eso si, nos queda David… el
pequeñito, el valiente, el osado, que honda en mano y armado de valor es capaz
de enfrentarse al gigante Goliath que todopoderoso y crecido no ve mas alla de
la punta de sus narices y olvida sus puntos vulnerables.
Una buena sugerencia para el
resto del año, un buen disfraz, pero no para llevarlo exteriormente sino
interiormente y poder sentirnos seguros sabiendo que el gigante puede ser
derrotado.
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