domingo, 13 de mayo de 2012


CARNAVAL
Bueno, ya llevamos una semana con la sardina enterrada, lo cual quiere decir que se han terminado las fechas de los carnavales y nos metemos de lleno en la cuaresma.
Contraste de golpe, días festivos, alegres, incluso reivindicativos en algunos casos que terminan de golpe y porrazo para sin darnos cuenta, meternos en otros sobrios, sombrios, reflexivos que van a desembocar en la semana santa, semana de duelo y pasión para unos cuantos y vacacional y de ocio para todos…
Pero no creais, no termina con el susodicho entierro el tiempo de mascaras y disfraces, si bien no son tan públicos ni tan evidentes, el camuflaje continua todo el año
El lobo sigue vestido con su piel de cordero, la bruja sigue montando su escoba, la madrastra sigue odiando a blancanieves porque es infinitamente mas bella y a pinocho quieren seguir explotándolo en el circo…
Solo que de una manera no tan ostentosa ni tan descarada, el malvado, el ogro, la arpía dejan sus vestidos de calle para tocarse con oscuras túnicas de penitencia con sombrias capuchas para no ser reconocidos y siguen con sus bajos instintos, bajo burdas mascaras que ocultan esa cara que es el espejo del alma, y sus ojos tras velados antifaces que ocultan sus voraces miradas.
Cambian las calles por sus habituales oscuros aposentos donde a salvo de la luz maquinan sus perversas intenciones…
Muestran sobriedad para ocultar su gula, caridad para esconder su avaricia, indulgencia para camuflar su ira y buenos propósitos para disimular sus iras…
Tampoco los tres cerditos dejan de ver derribadas sus casas, caperucita deja de ser perseguida por el lobo ni cenicienta deja de barrer y fregar los suelos
Todo sigue igual, o peor si cabe, porque arlequín tiene que seguir pagando los plazos de su disfraz, cenicienta el alquiler de la carroza y las cuotas de sus zapatos de cristal y los enanitos sin saber si mañana por la mañana cuando vayan a la mina la encontraran abierta.
El piloto sin avión, el profesor sin clase y la enfermera sin centro de salud, el bombero con su salario recortado, el payaso sin niños en el circo y bob esponja sin agua caliente con la que impregnarse…
Eso si, nos queda David… el pequeñito, el valiente, el osado, que honda en mano y armado de valor es capaz de enfrentarse al gigante Goliath que todopoderoso y crecido no ve mas alla de la punta de sus narices y olvida sus puntos vulnerables.
Una buena sugerencia para el resto del año, un buen disfraz, pero no para llevarlo exteriormente sino interiormente y poder sentirnos seguros sabiendo que el gigante puede ser derrotado.


















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