domingo, 7 de febrero de 2010

EL PUPAS DE LA PUBLICIDAD

Al que no veo yo mucho por la labor de jubilarse, no a los 67 sino ni siquiera a los 65 es a un tipo que trabaja en la tele que, por lo visto, el hombre esta hecho polvo en todos los sentidos.
A saber:
La primera vez que lo vi, por lo visto estaba en una desesperada situacion económica porque tuvo que acabar llamando en publico ante las cámaras a una financiera de esas que te prestan hasta 3.000€ sin mas explicaciones y una vez aceptada tu solicitud. Por lo visto se lo concedieron, porque hay que ver la cara de felicidad que ponía al terminar el anuncio.
Dias mas tarde, lo volví a ver y esta vez no por asuntos de dinero, tenía problemas respiratorios y se pasaba las noches roncando y los días discutiendo con su santa e insomne esposa y tuvo que acabar comprándose una especie de tirita que se pone en la nariz, y por fin pudieron dormir los dos tan pancho, yo por mi parte, ya me quede mas tranquilo al ver que se le iban arreglando poco a poco los problemas.
¡Pero me equivoqué!, cuando ya no me acordaba de él, va y aperece otra vez, ahora con el colesterol por las nubes y la parienta chinchándole y persiguiendole pequeño yogur bebible en mano para que se lo bebiera vaya que le diera un infarto, menos mal que nuestro amigo le hizo caso, y vuelta a la sonrisa.
Y la cosa no queda ahí, porque ayer lo vi saliendo de una tienda donde se ha tenido que comprar un sonotone de tercera generación porque por lo visto el pobre está también como una tapia.
¡Que ruina!, yo no se como se llama el fulano, pero si se quién es: ¡es el Pupas!.
¡Cuidese, hombre, que no está la salud para bromas!, el día menos pensado le veo anunciando una funeraria.
Lo que no le veo es promocionando seguros de vida porque, visto lo visto, no se que valiente compañía aseguradora se atreveria a contratarle una poliza de este tipo.
Y lo que no le recomiendo es que aparezpa promocionando aparatos tipo "Vibropower", porque no le veo en condiciones de realizar ejercicios extremos aunque sean de gimnasia de la que llaman pasiva, y no le acosejo tampoco que visite al dentista de "Sensodine" porque con lo muermazo que es el tío puede que le arregle los dientes, pero con lo delicado que está Vd. le puede provocar una depresión de caballo.
En fin, hombre: ¡Salud y que no sea nada, que estamos aquí de prestado pero no hay ninguna prisa para cancelar esa deuda!

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