sábado, 29 de enero de 2011

EL CRISTO DE POLONIA

En plena crisis, cuando todo el mundose está apretando el cinturón, cuando la tendencia es la de reducir gastos supérfluos y no tanto (vease sueldos de los trabajadores públicos, pensiones, reformas laborales, etc.) para poder mantenerse a flote, van los polacos (los de polonia, no los otros, los que dicen que en Andalucía no paga ni Dios) y construyen la imagen del Cristo Redentor mas alta del mundo, superando las famosas de Brasil y Bolivia (¡que contrastes! con la miseria que todavía tienen los primeros y siendo la segunda una de las economías mas pobres de latinoamerica, hacen ostentación de supermillonarias imágenes que no hace falta que estén ahí para recordarnos la figura de Jesucristo, ya que donde debemos verlo es en nuestro interior, asimilado libremente y sin interferencias ni malas interpretaciones ni dobles morales su verdadero mensaje.
Bien es verdad que ha sido construido a base de donativos, imagino que unos mas cuantiosos, que paadogicamente como siempore son los que cuestan menos esfuerzo a quien los lleva a cabo y otros mas modestos que, en estos casos, son los que mas cuesta aportar ya que en la mayoria de los casos suponen privaciones de otras cosas mas necesarias.
Porque...¿no sería mejor con la que esta cayendo gastar ahora mismo el dinero en otros fines mas necesarios y dejar las parafernalias para cuando escampe la tormenta y vengan las vacas gordas? que vendrán, mas tarde o mas temprano pero llegarán, no os quepa la menor duda ya que como dice el sabio refranero popular "tras la tempestad viene la calma".
Como viene a decir dmirado amigo José Mª Castillo en su libro "Espiritualidad para insatisfechos" editado por "Trotta" y que aprovecho la ocasion para recomendaros, "La prioridad absoluta sobre todo la tiene la erradicación del hambre ya que hay otros valores y problemas que quizá puedan esperar un poco, pero el hambre arasa con la vida rapidamente y no concede prórrogas ni respiro.
No dudo, ni mucho menos, de las buenas intenciones y de la convicción de los creyentes particulares que han aportado pequeños donativos acorde con el contenido de sus bolsillos (de los promotores de la idea y de los grandes aportantes si), pero como dejo caer anteriormente, sinceramente pienso que este no es el momento mas oportuno.
O, ¿es que el amor a Jesucristo es directamente proporcional al tamaño de su efigie? ¡NO! y si Éste volviera a morar fisicamente entre nosotros se sentiría como Moisés cuando bajó del monte con las tablas de los mandamientos y se encontró al pueblo adorando al vellocino de oro (material del que esta hecha la corona de 3 metros de la efigie que nos ocupa), y sería tal su cabreo que, sin duda, volveria a repetirse el episodio de la expulsión de los mercaderes del templo a golpes de quijada de burro.
¡Y FALTA QUE HACE!.

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