jueves, 6 de agosto de 2009

LA VIDA NO ES UN CAMINO DE ROSAS... (NI FALTA QUE HACE).

La vida no es un camino de rosas, aunque en determinados momentos nos lo pueda parecer porque creemos que todo va bien y nos sentimos embriagados por ese perfumado aroma que pensamos que nunca vamos a dejar de percibir, pero debemos recordar, abusando del tópico, que estas flores también tienen espinas en el tallo y de tanto acariciarlas nos puede pinchar alguna.
En primer lugar, y antes de entrar en el fondo de este articulo no quiero dejar de comentar que en caso de que se produzca el susodicho pinchazo antes que nada y después de soltar el correspondiente taco de rigor, lo primero que debemos de pensar es que lo mas grave del percance es solamente el dolor, que acabará calmandose, y que en ningún caso se trata de algo venenoso que nos pueda traer fatales consecuencias.
Hay que adoptar siempre la actitud mental positiva de que ese pinchazo nos despertará de ese "dormir en los laureles" y nos ayudará a estar en guardia para futuras ocasiones.
Y ya vamos de una vez por todas a meternos en harina y lo que quiero comentaros es, sin entrar en demasiados detalles, que hará unos dos meses sufrí un percance de este tipo al que metafóricamente me refiero en la cabecera, y tras unos cuantos días de lógico desconcierto sirvió para darme cuenta de algunas cosas que en teoría ya sabía pero que en la práctica tenía olvidadas. Afortunadamente todo se ha resuelto con feliz desenlace.
Partiendo de la base de que hay muy poca gente que esté al corriente de este caso, ya que he procurado y seguiré llevando con la máxima discreción ya que forma parte de mi legítima intimidad personal diré:
1º Hubo quién se alegró del pinchazo y de que fuera yo quién lo recibiera y no ellos. Yo también me alegro, porque no le deseo mal a nadie y sé que tengo una fortaleza y un poder de reacción del que muchos de los alegrados carecen y en mi caso puedo salir a flote cosa que en el suyo les hundiría para siempre.
2º A los que tengo la suerte de contar como amigos, se preocuparon y me ofrecieron cuanto apoyo podían tener en sus manos, cosa que me sirvió, como sucede en estos casos para saber con quién puedo contar y en quién debo confiar, y a los que estaré eternamente agradecido.
3º Por supuesto. los MIOS (en mayúsculas) me refiero, por supuesto, a mi familia pero digo también cuando digo MIOS, (para que me comprendáis bien os recomiendo que volváis a leer mi artículo de "HERMANOS DE CARIÑO"), hablo de los que no han visto un problema en otra persona, lo han vivido ellos mismos, somos los que siempre hablamos de todo en plural porque lo compartimos, los que aunque no hablemos todos los días sabemos que pensamos lo mismo, los que cuando algo nos gusta pensamos que nos puede gustar a todos, los que no hace falta que nos definamos con adjetivos predeterminados porque eso son chorradas y sabemos perfectamente lo que compartimos, y no tenemos necesidad de pedirnos ni agradecernos nada, porque todo eso lo tenemos tácitamente y por añadidura.
Y sabes que en este apartado (no voy a citar tu nombre públicamente) estás tú, y punto. No tengo que comentarte nada más que no sepas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabes la suerte que tienes si a tu lado hay una persona con esa amistad incondicional. No suelen encontrarse con mucha frecuencia, cuidala.